Hoy se conmemora el Día del Colono Polaco en la Argentina, instituido por ley 24.601 para “reivindicar la memoria de quienes, con tesón y sacrificio, contribuyeron de manera efectiva a construir la historia de nuestro país” desde la llegada de los primeros inmigrantes procedentes de Galitzia Oriental en 1897.
Por este motivo, desde las 20 se proyectarán en el Espacio Incaa de la sala Hynes O’Connor (San Martín 251) dos cortometrajes de descendientes polacos, en una actividad organizada por el Ente Cultural de Tucumán en conjunto con la Secretaría de Relaciones Internacionales de la Provincia y la Embajada de Polonia, con entrada libre y gratuita.
“Héroes cotidianos”, es la propuesta de Sol Janik y Elías Gismondi, en la cual se reúnen testimonios de la tercera ola de la inmigración polaca en la Argentina y de sus descendientes que llegaron al puerto de Bs.As después de 1945.
En tanto, “Jejou” (palabra que significa encuentro) está situada en Misiones, y es una historia mágica que alterna y une las tradiciones populares de los guaraníes Mbya, los antiguos habitantes nativos de la selva, y los polacos que llegaron desde fines del siglo XIX. La dirección es de Mauricio Holc, cineasta y fotógrafo de ascendencia polaca, sueca y alemana, con quien dialogó LA GACETA.
- ¿Qué implica trabajar sobre las raíces?
- Hay que ser muy cuidadoso, trabajar con mucho respeto, sobre la base de una investigación previa y en consenso con ambas comunidades, que son muy diferentes entre sí, con culturas muy distintas, y no avasallar la cultura guaraní.
- ¿Cómo fue la construcción de tu historia?
- Lo primero que querías hacer era un cortometraje sobre las costumbres polacas, centrarnos exclusivamente en eso. Pero luego nos surgió la idea de involucrar a los pueblos originarios de identidad guaraní para abarcar dos expresiones culturales que difieren entre sí, pero al mismo tiempo tienen similitudes en algunos rituales y tradiciones. La historia se construyó en base a eso. Se basa en los tiempos del solsticio de verano, por eso está la construcción de la corona de flores, la fogata nocturna, el elemento del agua, que son muy importantes para los eslavos y que se comparten con los Mbya.
- ¿Esa relación entre guaraníes y polacos se produjo realmente y cómo fue?
- El encuentro entre las distintas comunidades de inmigrantes y los guaraníes se produjeron en muchos casos, pero no sé si fue como lo contamos en el corto. En sí, es un filme de ficción, pero lo construimos basado en los relatos recopilados de los mayores que recuerdan que había reuniones en las que realizaban trueques, como mano de obra por algún producto por ejemplo.
- ¿Cuáles son los puntos en común de sus tradiciones?
- Precisamente en las cuestiones básicas de la naturaleza. Para las dos comunidades, el agua y el fuego simbolizan cosas fundamentales, y más en una época donde se realizan muchos rituales, aunque tengan diferencias. Ambas bailan y cantan alrededor de una fogata, y el agua es el líquido vital de los humanos y el baño significaba purificación ante la llegada del verano. Los ornamentos florales o botánicos también están presentes en las dos expresiones culturales.
- ¿Qué es encontrar al otro?
- Hay un incertidumbre en ese primer contacto, sobre todo con quien es muy diferente a nosotros. Hay miedo, y debe estar acompañado por el respeto como lo planteamos en la película. Eso debe dar paso a la unión y a la colaboración entre las culturas.